La crisis islandesa explicada a los niños

Pero ¿por qué acabó de tan mala manera el tiempo de la prosperidad? He tenido tiempo para reflexionar al respecto y casi puedo asegurar que la explicación es tan extraña como simple: ausencia de niños. Igual que su padre, el fascismo, el neocapitalismo fue creado por varones blancos sin hijos, que se divertían poniéndose elegantísimos y bebiendo cócteles a sorbitos con un grupo de personas de su mismo sexo, pero que en su inmenso amor a la sociedad se olvidaban de pensar en mujeres, hijos y las tres M (majaretas, mutilados y mayores). Porque en todos sus rasgos más significativos, el capitalismo se centra en que nada moleste al varón en su trabajo, mientras la mujer le lleve las camisas a la lavandería y no vengan niños al mundo y no haya que llevar a los mayores a un centro sanitario. Y es que el sistema alcanza su culminación en los lugares del mundo que están prohibidos a los niños, los campus universitarios y los barrios financieros de Estados Unidos.

Hallgrímur Helgason (trad. de Enrique Bernárdez)
La mujer a 1000º (Lumen, 2013)

Land art, land ethics?

Muchos libros de ética ambiental han acabado por serlo de manera involuntaria. Comenzaron como diarios, como el Sand County Almanac de Aldo Leopold, que puso en circulación la “ética de la tierra” en un libro de ensayos y excursiones al aire libre. Y, naturalmente, Leopold seguía la escuela de Henry David Thoreau, el autor de Walden. El libro que nos ocupa aquí pertenece a esta tradición ambientalista accidental o a su pesar, aunque renuncie expresamente al moralismo. De hecho, cuando el autor anota las razones por las que sale a caminar, una de ellas es que “solo por aquí la naturaleza puede regalarme algo insospechado y que no necesita moral” (149).
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Kleist elebitasunaz: l’idée vient en parlant

Gogoari buruzko gure irakurketa taldean, Ezequiel Di Paolo-k proposatu zuen Heinrich von Kleist idazlearen testu labur bat, On the Gradual Construction of Thoughts During Speech. Interesgarria da oso, eta arrazoi anitzengatik.

Horien artean, azpimarratu nahiko nuke bigarren (edo hirugarren, laugarren…) hizkuntza ikasten ari garenontzat funtsezkoa den ikasketa bat, alegia: hitz egiterakoan gehiegi pentsatzea ez dela komenigarria. Hitz egiteko, esaldia biribilik asmatzea bainoago hobe dela partaide batekin elkarrizketan hastea. Kleistek esan bezala:

I always have some obscure preconception, distantly connected in some way with whatever I am looking for, I have only to begin boldly and the mind, obliged to find an end for h s beginning, transforms my confused concept as I speak into thoughts that are perfectly clear, so that, to my surprise, the end of the sentence coincides with the desired knowledge.

Kleistek irudi baten bidez adierazten du zergatia: “speech is not an impedinicnt, a sort of brake on the wheel of intellect, but like a second wheel running parallel with it on the same axle.”

[TO BE CONTINUED]

Kleist, H., & Hamburger, M.

(1951). On the Gradual Construction of Thoughts During Speech. German Life and Letters, 5(1), 42-46.